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Calma

"Se llama calma y me costó muchas tormentas.Se llama calma y cuando desaparece.... salgo otra vez en su búsqueda.Se llama calma y me enseña a respirar, a pensar y repensar.Se llama calma y cuando la locura la tienta se desatan vientos bravos que cuestan dominar.Se llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven y la lengua suelta dan lugar a más silencios y más sabiduría.Se llama calma cuando se aprende bien a amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma entregándose enteros a quien quiera recibir y dar.Se llama calma cuando la amistad es tan sincera que se caen todas las máscaras y todo se puede contar.Se llama calma y el mundo la evade, la ignora, inventando guerras que nunca nadie va a ganar.Se llama calma cuando el silencio se disfruta, cuando los ruidos no son solo música y locura sino el viento, los pájaros, la buena compañia o el ruido del mar.Se llama calma y con nada se paga, no hay moneda de ningún color que pueda cubrir su valor cuando se hace realidad.Se llama calma y me costó muchas tormentas y las transitaría mil veces más hasta volverla a encontrar. Se llama calma, la disfruto, la respeto y no la quiero soltar…"
Mi reloj de arena

Siempre me han fascinado los relojes de arena.De pequeña me regalaron uno y recuerdo como me quedaba ensimismada viendo pasar el tiempo a través de esos granitos dorados que parecían estrellas, era como tener un pequeño universo entre mis manos . Era entonces dueña de mi tiempo, los veranos se hacían interminables, y los inviernos pasaban lentos y fríos. Siempre me preguntaba que pasaba con esos minúsculos granitos que se quedaban pegados al cristal y no conseguían pasar al otro lado del reloj, ¿era tiempo perdido? O quizás momentos entrañables que se quedaban atrapados en ese pequeño universo y se negaban a traspasar la barrera del tiempo. Al volcar el reloj su forma se convertía en el símbolo del infinito. Cada uno llevamos un reloj de arena interno que se activa en el momento justo de nacer y se va vaciando al principio lentamente y después nos da la sensación de que va más rápido , pero si lo observamos detenidamente siempre lleva el mismo ritmo .El presente es ese momento efímero que ocurre al pasar por el embudo quizás como es el espacio más estrecho no le damos tanta importancia y sin embargo es lo que nos hace fluir.Debemos procurar que no se rompa el frágil cristal que envuelve esa arena dorada y ser conscientes de que se vacía y se llena .Procuremos pues que se llene de más buenos momentos que de malos y eso, aunque no del todo , la mayoría depende de uno mismo.