Siempre en las nubes
Mi madre , mis maestros , mis hermanas , incluso mis amigas , me decían que siempre andaba en las nubes , ¡y así sigo ¡
Lo cierto es que mi relación con ellas , a pesar de la distancia , siempre ha sido muy reveladora y en ocasiones hasta terapéutica.
De pequeña estaba convencida que me venían a saludar y a mostrarme a mayor o menor velocidad y volumen , un montón de caras , perros, dragones, camellos. La primera vez que las vi bajo mis pies ,tras la pequeña ventana de un avión , me produjo sensación de paz y curiosidad , tenia 8 años y estaba convencida que sabían a dulce.
La sensación más parecida de tocar una , es la de meter el dedo en una clara de huevo bien batida , y la de comerla , es la de saborear un algodón de azúcar, ¡de las ferias claro! , que una vez intente comer algodón de curar con azúcar y¡ aún me muero del asco al pensarlo!.
Es bueno estar en las nubes de vez en cuando y es un deporte que sigo practicando casi siempre sin proponérmelo, y sin esfuerzo levanto la mirada , inspiro , siento la suave brisa del viento en mi cara, y observo el cielo, cuanto más azul, más blancas, cuanto más gris, más negras y con suerte, comienzan a desfilar caniches, plumas de ángel, dragones feroces que persiguen a cocodrilos súper estirados, así un rato, no sé cuanto, hasta que un rayo de sol sale de una cara rechoncha y me deslumbra, o una mosca se posa en la punta de mi nariz y ahí se acabó el espectáculo .
Me encanta verlas volar , me voy a tomar un café con una nube de leche ¡ por supuesto!
Lo cierto es que mi relación con ellas , a pesar de la distancia , siempre ha sido muy reveladora y en ocasiones hasta terapéutica.
De pequeña estaba convencida que me venían a saludar y a mostrarme a mayor o menor velocidad y volumen , un montón de caras , perros, dragones, camellos. La primera vez que las vi bajo mis pies ,tras la pequeña ventana de un avión , me produjo sensación de paz y curiosidad , tenia 8 años y estaba convencida que sabían a dulce.
La sensación más parecida de tocar una , es la de meter el dedo en una clara de huevo bien batida , y la de comerla , es la de saborear un algodón de azúcar, ¡de las ferias claro! , que una vez intente comer algodón de curar con azúcar y¡ aún me muero del asco al pensarlo!.
Es bueno estar en las nubes de vez en cuando y es un deporte que sigo practicando casi siempre sin proponérmelo, y sin esfuerzo levanto la mirada , inspiro , siento la suave brisa del viento en mi cara, y observo el cielo, cuanto más azul, más blancas, cuanto más gris, más negras y con suerte, comienzan a desfilar caniches, plumas de ángel, dragones feroces que persiguen a cocodrilos súper estirados, así un rato, no sé cuanto, hasta que un rayo de sol sale de una cara rechoncha y me deslumbra, o una mosca se posa en la punta de mi nariz y ahí se acabó el espectáculo .
Me encanta verlas volar , me voy a tomar un café con una nube de leche ¡ por supuesto!
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