Tejidos y confesiones 8 parte.
Sobre ruedas
Ayer paseando a Nano , me topé co un numeroso grupo de patinadores . Marchaban pausadamente con un altavoz en el que sonaba música sobre un carrito que conducía una monitora sonriente. Circulaban en rebaño todos con sus cascos y vestidos de blanco,no había ninguno de negro! Me retiré a observar ,me dio envidia, en el grupo había gente de todas las edades , familias con sus hijos, parejas que se daban besitos,.. adolescentes , se les veía algo cansados y contentos.Recordé mis primeros patines de 4 ruedas, metálicos con unas correas rojas, hacían un ruido espantoso , parecían más un objeto de tortura que de diversión y me vino a la mente la primera vez que me los puse, acabe sobre la encimera de cristal de la papelería de la calle mayor, la tienda de Gotor, buena persona pero con mucho carácter, fui a cruzar la calle , no supe frenar ,la puerta de la tienda estaba abierta y entré volando hasta el mostrador de cristal , el cual se quebró bajo mis brazos, al hacerme de tope.Al ver la cara de espanto y después su ceño fruncido , solo se me ocurrió decir, ¿tiene cromos de la Pipí? y me contestó.-! no, pero tengo el teléfono de tu padre y lo vamos a llamar ahora mismo! Me castigaron sin patines y sin propina durante un mes , para pagar el cristal de la encimera, dijeron. No por eso deje de patinar, pero cuando veo los patines de ahora, y los niños con sus cascos, rodilleras, coderas de la mano de sus padres, en rebaño , entre el grupo , en medio de la ciudad, pensé ,que le tendría que haber quitado yo la propina a mi padre y castigarlo un mes , pero antes eran así las cosas , todo se hacía a la brava o no se hacía.
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