SOLEDAD SIN SUEÑO... Y TÚ NO ESTÁS
Como un náufrago a merced del sueño ausente,
deambulo perdido tras el cristal de la ventana en la noche
y cierro los ojos escuchando el roce de los álamos blancos
entregados a merced de un viento suave y caprichoso.
El pensamiento acude una y otra vez a tu presencia,
dialoga con tus palabras dulces y diminutas,
recorre la piel sensible de tus mejillas, invocando
en la remota oscuridad fantasmas de terciopelo gris.
El aire sabe a otoño, a abrazos bajo la manta,
a caricias ciegas y a embriaguez de deseo.
Podría volar tras de ti como las hojas atrapadas
que en remolinos se persiguen tras las esquinas.
Pero aquí estoy, preso de un doliente desvelo ,
absorto en las escasas estrellas que aún se dejan ver,
esperando intranquilo ese anelhado momento de silencio;
quizás la quietud tras el beso de la muerte en el cadalso.
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carmen -